jueves, 3 de septiembre de 2009

Adaptación de Ruth Carol Cachón Gutiérrez

SEDNA LA HIJA DEL MAR

Hubo una vez, desde lejanos tiempos, unos hombres llamados esquimales, o inuit quienes convivían con la nieve, el oso, las focas, las aguas frías.

Sila, divinidad invisible, era una de sus principales divinidades. Sedna era Reina de las focas y era la hija del mar.

Cuenta la historia que alguna vez existió una muchacha muy joven y hermosa llamada Sedna; se dice que tenía muchos pretendientes, pero ella era muy vanidosa y ninguno de ellos por más esfuerzos que hacían lograba conquistar su corazón. Hasta que un día, a los lejos, vio desde su cabaña, un magnífico barco muy grande cuyo capitán era un apuesto y rico cazador que venía desde muy lejos, el cual se enamoró inmediatamente de la doncella y ella, después de haber sido seducida con palabras llenas de promesas y tesoros, se rindió ante sus encantos marchándose con él.

Pero ocurrió que todo había sido una mentira, Sedna se sintió desesperada al darse cuenta que el cazador no era más que un pájaro mágico que tenía la facultad de cambiar de forma.

Mientras tanto, su padre, se enteró de la repentina desaparición de su hija, y sin dudarlo se aventuró a través del océano hasta que dio con ella.

Cuando la encontró, Sedna estaba dentro de una gran caverna y estaba sola; su padre aprovechó el momento para rescatarla y huir de ahí. De pronto el pájaro regresó y se percató de la partida de su amada, y enfurecido, corrió tras ella.

El pájaro, quien tenía poderes mágicos, desencadenó una rabiosa tormenta al ver que el padre se negaba a regresarle a su amada. Sedna y su padre quienes se encontraban navegando en un pequeño barco para huir del lugar, no sabían que hacer, pensaban que todo estaba perdido hasta que derrepente algo ocurrió. Alrededor del barco un montón de focas y animales marinos empezaron a dar vueltas y lo rodearon. Sedna se dio cuenta que podía escuchar sus voces dentro de su cabeza, estos animales le decían que estaban dispuestos a salvarla del malvado pájaro a cambio de que ella se quedara con ellos para siempre cuidando del inmenso mar. Sedna sabía lo que debía hacer aunque le preocupaba el hecho de que su padre se quedara solo. Ella aceptó el trato y así las focas y los otros animales marinos haciendo un fuerte oleaje lograron que el malvado pájaro se hundiera en las inmensidades del mar. Una vez que Sedna se encontraba a salvo junto a su padre le hizo una petición. Le pidió que por favor cerrara los ojos por un momento y no los abriera hasta que sienta la brisa del mar en calma, le dijo también que cada vez que quiera verla mire hacia el horizonte y ahí la encontraría siempre. El padre de Sedna no entendía nada de lo que dijo pero hizo caso a la petición de su hija. Sedna sin dudarlo se lanzó hacia el mar. Fue así que el océano calmó la furiosa tormenta después del sacrificio y todo quedó en gran tranquilidad. Desde entonces, Sedna, La Reina de las Focas, vivió en el fondo del océano "en una región llamada Adliden, se dice que a veces el padre de Sedna la oye y el solo atina a admirar el mar tan azul y bello como esperando que algún día su hija regrese.

Ruth Carol Cachón Gutiérrez (ruthcarol@hotmail.com)

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